Para saber lo que realmente quieres y qué necesitas de verdad primero tienes que aprender a conectar con tu interior. Esto es lo que se consigue con la meditación: conectar con tu parte más auténtica. Pero tiene muchas otras virtudes…
La meditación ya no es cosa sólo del Dalai Lama. Cada día son más los famosos como Penélope Cruz, Madonna o Pau Gasol que optan por esta técnica para encontrar el bienestar y la paz interior. La palabra meditación proviene del latín meditatio, un ejercicio intelectual con más de 5.000 años. Según el diccionario, es la aplicación de la mente a la consideración atenta de uno mismo, de algo relacionado con la propia existencia. Y es que, cuando te paras y centras la atención en tu interior, en tu respiración, y dejas que los pensamientos pasen como si no fueran tuyos, la paz y el silencio invaden tu cuerpo y tu alma.
Beneficios de la meditación:
- Centrarse exclusivamente en el momento presente y, como dice Osho, si te concentras en el presente no puede haber sufrimiento, sólo sufres si anticipas el futuro o si tienes melancolía del pasado.
- Disfrutar de un estado donde ya no eres prisionero de tus pensamientos. Distanciarte y relativizar los problemas del día a día.
- Conectar con tu faceta más espiritual. Fomentar la concentración, que es una buena herramienta para combatir el estrés que provoca la dispersión.
- Recuperar la salud física y mental o mejorar el rendimiento tanto a nivel laboral como deportivo. Se puede meditar centrando la atención en la respiración o bien incorporando visualizaciones que pueden tener un objetivo terapéutico.
- Combatir las consecuencias del estrés, mejorar la ansiedad, recuperar la serenidad, conocerte mejor a ti mismo, saber cuáles son tus prioridades, tus objetivos, equilibrar el carácter …
Aprende a meditar en 7 pasos
- Crear un ambiente tranquilo, relajado y silencioso donde nadie te pueda molestar.
- Siéntate en una silla o sobre una almohada. No es necesario que cruces las piernas (posición de loto) ni que las pongas en una posición inusual. Siéntate cómodamente, ya que tienes que mantener la misma postura durante unos minutos sin que la mente se distraiga.
- Cierra los ojos, o mantenlos abiertos sobre un objeto o una imagen tranquila que puedas observar -como, por ejemplo, una vela-, o simplemente centra toda la atención hacia la respiración.
- Asegúrate de que la posición te permite respirar naturalmente. Mejor que no hagas este ejercicio tumbado, ya que podrías dormir.
- Relájate repasando cada músculo, cada parte de tu cuerpo, desde los pies hasta la cabeza.
- Concéntrate en tu respiración, sin modificarla, observa cómo entra y sale el aire por la nariz y cómo fluye a través del cuerpo hasta conseguir que tus pensamientos sean más tranquilos y estén más centrados en la respiración.
- Deja que los pensamientos pasen sin analizarlos ni juzgarlos.
¿Exigencias del exterior? evita que te sobrepasen
Tras meditar puedes ver las cosas desde otra perspectiva y encontrar soluciones donde antes sólo había problemas. Te puede ayudar a sacar emociones o energías que hasta ahora no te atrevías a mostrar o que no sabes expresar de otro modo. De hecho, se ha visto que con la meditación incrementa la actividad del lóbulo frontal izquierdo, una región cerebral donde se sitúan las emociones positivas. Además, se reduce el miedo y la rabia, porque se facilita un estado afectivo más positivo al aumentar los niveles de GABA, un neurotransmisor que fomenta la concentración
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