Ravi Ramoneda, conocido como Ravi Ram, es un referente mundial en música emocional. Contribuye a expandir la conciencia y comparte la esencia de lo que es la emoción. Desde YogaOne hemos podido hablar con él para saber su opinión y visión acerca de algunos temas del yoga, de la música y de la conexión de ambas.
La aportación del canto emocional al yoga
Según Ravi Ram, la música tiene un papel crucial en el terreno del yoga. Antiguamente, el yoga se practicaba en silencio, pero la práctica ha ido evolucionando y, en ocasiones, se ha llegado a realizar con música. En estos casos “el yoga tiene un valor añadido”, comenta Ravi: “la música es el sentimiento y el agua que riega una tierra que está trabajando.” Para el músico, cuando practicamos el yoga con música emocional, estamos labrando el cuerpo y trabajándolo para que la tierra se vuelva fértil.
“Cuando la música acompaña el yoga desde un lugar noble, sagrado, sutil y respetuoso, es como el agua que nutre y riega el fenómeno de lo que se está trabajando en el momento”
La música permite una elevación y amplificación de la experiencia. Siguiendo la comparación de Ravi Ram con el agua, nos cuenta que este es el mejor transmisor de sonido posible, y que el hecho de que los seres humanos estemos formados, en mayor medida, de agua, explica el por qué todo lo que tiene que ver con el sonido nos impacta tanto.
¿Qué papel tiene el mantra?
Etimológicamente, ‘mantra’ proviene de la combinación de man (que tiene que ver con la mente y el intelecto) y tra (que significa liberar o trascender), por lo que, propiamente, la palabra hace referencia a lo que nos libera de la mente. Ravi Ram explica que el mantra se da en distintas fases, y que la más básica empieza por entender que nuestra mente es una máquina y funciona desde que nacemos hasta que nos morimos. “No se puede poner la mente en blanco, porque no existe como tal: es una computadora constante” asegura, pero “se puede aprender a dominar hasta el punto de poner la computadora al servicio de la mente, el alma y el corazón”.
Para cumplir con esta meta, primero hay que enfocar la mente en algo y evitar perder energía en vano. Cuando repetimos (interna o externamente) un mantra, estamos consiguiendo justamente esto: alejarnos de la pérdida de energía y acercarnos a la libertad.
El segundo nivel, mucho más profundo, consiste en des identificarnos de la mente: “ya no solamente evitamos que la mente pierda energía, sino que además la vemos como un sujeto externo”, explica el músico emocional. Gracias al mantra somos capaces de ver nuestra mente desde arriba, como un águila: vemos el mapa en su conjunto, vemos que forma parte de nosotros un sistema biológico y biotecnológico muy sofisticado, que funciona con inteligencia propia, pero que es un vehículo del alma y de la consciencia.
“Por eso el mantra significa liberar. Primero, liberar la mente en sí misma de usarla mal, y después liberarnos a nosotros de la limitación de creer que somos esos pensamientos, porque no lo somos.”
El canto emocional y la consciencia
Según la idea de Ravi Ram, la experiencia del canto refleja la práctica del mantra. Podemos ver cómo va floreciendo el mundo y va encontrando un equilibrio entre lo ancestral y lo contemporáneo.
Se dice que cuando unos pájaros vuelan en V recorren un 70% más de recorrido que uno solo la misma distancia. Esto resume lo que Ravi Ram considera del canto emocional en el yoga. “Cuando cantamos mantras, no se trata de afinar la voz, sino el corazón. Cuando 100 personas se ponen a cantar juntas un mantra, como resultado hay una amalgama, un tejido. Eso es un contexto sonoro con entidad propia. Es un fenómeno precioso en sí mismo.”
Para acabar con la charla, le hemos preguntado a Ravi Ram qué era el yoga para él. ‘El camino’ ha sido su respuesta. Un camino que requiere atención y cuidados, pero que nos acerca a la liberación del alma y, en consecuencia, a nuestra felicidad.