Nacemos, vivimos y morimos y durante este proceso pensamos en muchas cosas que nos afectan: el estrés, lo que comemos, lo que bebemos, los medicamentos que tomamos, la contaminación…. y muchos otros temas que intentamos cambiar para mejorar nuestra vida. Y entre todos estos pensamientos que tenemos ¿cuántas veces pensamos en la calidad de nuestra respiración? Seguramente si eres asmático o tienes alguna otra dolencia pulmonar lo harás muy a menudo, pero ¿y los demás? Quizás cuando vamos al bosque o a la montaña y decimos: “¡Qué gusto! Aire puro” y ya está. No pensamos más en ello. Y cometemos un gran error. Podemos vivir una vida con alimentación sana, bebidas saludables, libre de productos químicos nocivos…. pero si no respiramos, todo lo anterior no sirve de nada.
Así de fácil es saber la importancia que tiene la respiración en nuestra vida y por lo tanto en el yoga. La respiración es la forma principal de aporte de energía (prana) a nuestro cuerpo. Cada vez que inhalas llenas tu cuerpo de oxígeno que permite que tus células sigan vivas, hasta ahí todos somos conscientes, pero pasamos por alto que nuestra respiración está vinculada también a nuestra mente y por tanto a nuestro estado de ánimo. Igual que comer deprisa cualquier cosa no sienta igual que comer tranquilamente un producto orgánico y cocinado con cariño, respirar de cualquier manera no es lo mismo que respirar con conciencia y calidad. Pero nosotros nos conformamos. Vamos por la vida respirando sólo a medias, deprisa cuando estamos nerviosos o agitados, despacio cuando dormimos, aguantando la respiración de cualquier manera cuando nos asustamos o estamos tensos, dejando que el aire entre por la boca cuando corremos para coger el bus, etc, etc. Y aquí es donde entra el yoga. En yoga existen diferentes técnicas de respiración destinadas a:
- Fortalecer nuestro sistema respiratorio
- Aumentar nuestra capacidad de absorción de oxígeno
- A enseñarnos cómo respirar de forma adecuada para mantener el cuerpo en óptimas condiciones.
Esas mismas técnicas pueden controlar diferentes aspectos físicos, como por ejemplo la temperatura, el hambre o el ritmo del corazón, pero también pueden controlar otros aspectos más mentales como el nerviosismo, la ansiedad o las emociones destructivas. La forma en la que respiramos puede alterar lo que sentimos o cómo lo sentimos y por ello la respiración en yoga es muy importante, porque nos puede ayudar a calmar nuestra mente y nuestro cuerpo, de forma que pasamos de fijarnos en el exterior (qué hacen los demás, cómo estoy yo comparado con los demás, cómo está mi cuerpo…) a disfrutar plenamente del presente a través de una respiración consciente. Una respiración consciente nos ayuda a controlar todos esos pensamientos caóticos que viven en nuestra cabeza y a centrarlos en un solo punto: el aliento. Y cómo si se tratara de magia, cuando logramos centrar toda la atención en la respiración, los problemas se desvanecen, nuestros miedos desaparecen y sólo existen la tranquilidad, la dicha y la existencia.
Por: Mónica Mateo.