Ashtanga: el yoga más físico

El yoga, contrariamente a lo que se cree, no es solo estiramientos. Es una combinación de fuerza, agilidad y estiramientos que se realizan con la sincronización de la respiración.

De todos los tipos de yoga, el Hatha Yoga es el más tradicional, pero en los últimos años el Ashtanga Yoga se ha puesto mucho de moda, ya que lo practican muchos famosos como Madonna, Gwyneth Paltrow, Sting, etc. 

Aquí puede ser que aún no sea muy conocido pero ara mismo son casi 10 millones de ciudadanos de EEUU que practican yoga. También muchos deportistas lo practican para conseguir más flexibilidad en las piernas y liberar tensiones antes de las competiciones.

La diferencia básica entre el yoga tradicional y el Ashtanga es que en este último se pasa de una postura a otra sin parar. Siempre se intenta estar en movimiento, es el tipo de yoga que pone más énfasis en el entreno de la flexibilidad y de la mejora del tono muscular. Muchas posturas (o asanas) utilizadas requieren el uso de las muñecas y los hombros para soportar el propio peso corporal, por este motivo el yoga gusta tanto entre la gente joven.

El Ashtanga es un estilo de yoga que si se practica correctamente permite que el alumno descubra su máximo potencial tanto a nivel de conciencia física como psicológica y espiritual. Es un estilo muy dinámico que entrelaza gran variedad de asanas (posturas).

En una secuencia concreta, formando una serie única de la que el ritmo marcado por la propia respiración y con esta respiración logramos llevar la calma y la tranquilidad a la mente. Mientras se respira se mantiene la atención en el aire, los pensamientos dejan de actuar, sólo existe la respiración y el movimiento.

El calentamiento del cuerpo es uno de los factores que diferencia el Ashtanga los otros tipos de yoga, al acompañar la respiración con las posturas y los movimientos que se realizan entre ellas se obtiene un gran «almacenado» de energía en forma de calor.

Otro de los elementos que diferencia el Ashtanga es la aplicación de Bhandas, que son cierres energéticos que impiden que la energía «escape» del cuerpo. Se activan a través de suaves contracciones musculares y además, según la tradición yóguica, esta energía se dirige a través de los nadis, que son canales de energía que tenemos en el cuerpo.

El secreto de llegar a tener una buena práctica es la lentitud y la paciencia.

 

Marta Brichs. técnica de Clubs DiR.

Publicado en Yoga.