La meditación no es el único camino para practicar mindfulness, existen otras prácticas que te ayudarán a tomar consciencia de tu momento presente
El mindfulness es sin duda una de las palabras de moda del año y toda una tendencia relacionada con los buenos hábitos saludables. Existen todo tipo de técnicas o ejercicios que ayudan a realizar mindfulness, desde workshops, retiros, libros, podcasts… parece que todo el mundo está buscando nuevas maneras de reeducar su interior y seguir un estilo zen.
Con el ritmo de vida tan acelerado que llevamos, intentando conciliar la vida laboral con la familiar y demás responsabilidades, es normal que después de todo este estrés llegue un día en el que empecemos a interesarnos también por nuestro bienestar mental. Al fin y al cabo, tener ordenadas nuestras ideas y, de este modo, una mente serena, multiplica nuestra productividad, ayuda a fluir la creatividad y hace que estemos más felices con nosotros mismos.
Si estás leyendo esto es porque tú también estás persiguiendo el bienestar físico y mental, aunque no siempre existe el tiempo suficiente para meditar y desconectar de todo lo que nos rodea –o bien la meditación no es una práctica que te entusiasma-. En este caso, tenemos buenas noticias, porque no solo se puede practicar mindfulness a través de la meditación, nosotros te ofrecemos otras prácticas totalmente efectivas.
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Realizar una clase de yoga
No hay duda que fluir rápidamente a través de las posturas en una sesión de ashtanga o bien dedicar el tiempo necesario para dominar la Shirshasana (headstand o parado de cabeza), es todo un reto físico para nuestro cuerpo. Pero las raíces espirituales del yoga relacionadas con el hinduismo y el budismo, nos ayudan también a crear un balance entre el cuerpo y la mente.
Gracias a la gran importancia que tiene la respiración en el yoga, nos ayuda a centrarnos en el momento presente, pero también ofrece equilibrio a nuestro cuerpo, calma y claridad en nuestra mente y nos ayuda a conectar con nuestro interior. Resumiendo, después de una sesión de yoga te sentirás más ligero, liberado y en paz.
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Sal a caminar
Salir a caminar –presumiblemente alejado de entornos urbanos, por el parque o por el bosque- es otra de las actividades que te ayudarán a practicar mindfulness. Caminar fomenta una respiración determinada, pasear por un ambiente diferente y la necesidad de “respirar aire fresco”.
Si no cuentas con suficiente tiempo para realizar tu paseo “mindfulness”, puedes aplicar algunos consejos cuando vas caminando hacia el trabajo. Intenta poner más atención en tu respiración a cada paso que des, canalizando la energía a través de tus pies y siendo consciente de tu entorno, algo que a menudo damos por sentado. A medida que vayas avanzando hacia tu destino, tendrás una perspectiva totalmente nueva.
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Muestra tu agradecimiento
Una de las mejores maneras de apreciar tus logros en la vida es mirar hacia atrás para contemplarlos. Es muy fácil olvidar esa breve conversación que tuviste con alguien que no conocías en la cafetería, o la sonrisa y el saludo que intercambiaste con un vecino volviendo hacia tu casa. Todas estas pequeñas interacciones se complementan entre sí, teniendo una reacción en cadena que lleva a sentimientos de gratitud y positividad.
No permitas que estos momentos se te escapen. Puedes anotarlos en tu bloc de notas cuando tengas un momento para ti. Escribir este tipo de anécdotas cotidianas te ayudará a procesarlos, apreciarlos y ser consciente de los pequeños detalles que te rodean.
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Haz algo para alguien más
¿Has oído hablar alguna vez del concepto “ayudar por adelantado”? Tomarse un tiempo para ayudar a los demás a tener una experiencia positiva es una de las cosas más valiosas que puedes hacer y, además, es algo muy fácil de conseguir.
Esto te ayudará a ser más consciente sobre tu manera de relacionarte con las demás personas y, por lo tanto, ser más responsable del trato que reciben por tu parte. ¡No hay nada mejor que hacer feliz a otra persona!
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¡Colorea tu vida!
Cada vez vemos más libros para colorear especialmente creados para personas adultas. Si tenemos en cuenta los beneficios para reducir el estrés a través de la pintura, no es de extrañar que muchas personas encuentren una gran sensación de bienestar en este tipo de actividad.
La terapia del arte no es nada nuevo y además es muy accesible a cualquier persona. Pintar no solo ayuda a lograr una sensación de calma general, sino que requiere mantener la mente concentrada en esta actividad y para muchos es una sensación de nostalgia infantil.