Nina Mula vive en Esplugues del Llobregat. En su juventud fue gimnasta deportiva y más tarde descubrió el Yoga, del que se enamoró. Empezó a formarse en YogaOne desde que abrió YogaOne Tuset, el primer centro de la cadena, en 2010. Nueve años más tarde, en 2019, y después de pasar un maravilloso año -viajó a Indonesia para visitar a su hijo y estuvo en Nueva York acabando la formación con su maestro Sri Dharma Mittra- a Nina le dieron una de las peores noticias de su vida. En su control anual ginecológico le encontraron un cáncer de mama triple negativo. ¿Cómo lo afrontó? ¿Qué papel tuvo el Yoga? Hablamos con ella para que nos lo cuente.
Este diagnóstico debió ser muy duro para ti. ¿Cómo lo afrontaste? ¿Cómo influyó este diagnóstico en tu relación con el Yoga?
El shock fue tremendo emocionalmente, acompañado de mucho miedo y tristeza. En el momento en que te dan la noticia sientes que pierdes el control de tu vida. Aunque mi relación con la práctica física cambió por completo, inmediatamente me di cuenta de todas las demás herramientas que tenía gracias al Yoga para poder afrontar el tratamiento, la cirugía, los controles, los análisis, el dolor físico, el dolor emocional, la incertidumbre, la tristeza y la pérdida de identidad.
Los beneficios de tener mi práctica de Yoga desde hacía tantos años fueron un regalo a todos los niveles, pero también y sobre todo a nivel emocional, el poder compartir con mi Shanga lo que estaba viviendo. Mi familia Yogui me acompañó en el proceso de poder aceptar que todo iba a cambiar. Mi Shanga estuvo en momentos muy difíciles, a los que en 2020 se sumó el COVID y el miedo se multiplicó.
Durante tu experiencia con el cáncer de mama, ¿cuáles fueron los aspectos específicos del Yoga que encontraste más beneficiosos para tu bienestar físico y emocional?
Cuando físicamente no tenía fuerzas para nada, el Yoga me abrió otras puertas para transitar todo el proceso de la enfermedad. Prana Nidra, Pranayama (ejercicios de respiración), recitar Mantras, toda esta otra parte del Yoga más interno, más espiritual me ayudó muchísimo. La parte física es muy importante durante una enfermedad así, pero la parte emocional es la más difícil de aceptar y el Yoga está ahí para soportarla. Personalmente tuve la gran suerte de estar muy acompañada durante todo el proceso: por mi familia, por mi Shanga y por supuesto por mi fisio-oncóloga. Todos ellos me ayudaron a recuperarme física y emocionalmente.
¿Cómo adaptaste tu práctica de Yoga a medida que avanzabas en tu proceso de recuperación y qué cambios notaste en tu bienestar general?
Descubrí el Yoga Oncológico y despertó algo nuevo en mí, ya que todo por lo que había transitado lo había vivido como un aprendizaje para poder ayudar a todas aquellas personas que han pasado, o están pasando por alguna de las etapas que yo misma transité. Me decía a mí misma: estoy viva, estoy aquí, necesito ese apoyo, ese amor, ese cariño, ese abrazo que sostiene. Profundicé para aprender más sobre Yoga y cáncer y encontré en la Fundación Radika y en Adriana Jarrín, el camino para saber compartir, humanizar y asumir tu estado, ya sea entre familia, amigos o con otros pacientes oncológicos.
Para aquellos que estén considerando incorporar el Yoga en su proceso de recuperación después de padecer cáncer de mama, ¿qué consejos clave les darías y por dónde deberían comenzar?
Profundizar en la práctica espiritual del Yoga es lo que personalmente me ha ayudado a encontrar el camino de sanación, tanto física como emocionalmente. El Yoga te ayuda a conectar con la espiritualidad; el cuerpo es el templo y es real, pero es finito, en cambio, nuestra alma y espíritu perduran para siempre. El trabajo con la respiración (Pranayama) me ha ayudado a lidiar con los momentos en los que debes permanecer en quietud durante las pruebas en el hospital, nuevos diagnósticos, nuevas pruebas y todo lo que es un tratamiento, quimioterapia, radioterapia. En esos momentos necesitas calmar tu mente, ir hacia adentro y sentirte. La parte física es muy importante, pero un paliativo en cáncer cuando quedas incapaz físicamente, necesitas este otro Yoga, el que te puede ayudar en estos momentos, en los que te quedas en una cama de hospital o que te ayuda a simplemente dar un pequeño paseo. Los guerreros y otras posturas ya vendrán más tarde si la enfermedad lo permite.
El cáncer de mama supone un 30% de los cánceres diagnosticados en España, según la fundación GEICAM. Se estiman 132 casos de cáncer de mama por cada 100.000 habitantes; es decir, la probabilidad de sufrirlo siendo mujer es de 1 de cada 8. Por su afectación en nuestra sociedad, por el dolor físico y emocional que conlleva, pero sobre todo por la fuerza incansable de las luchadoras que lo sufren, desde YogaOne queremos desear un feliz Día Mundial Contra el Cáncer de Mama.