Practicar yoga en la costa, con el sol, la brisa marina y el mar como telón de fondo, multiplica los beneficios. Para mantenernos en forma, desconectar y conseguir armonía interior, practicar yoga se convierte en un aliado excelente. Si aprovechamos para realizarlo al costado del mar, favorecemos el relax y la paz interior
Que nos aporta…
En cualquier postura de yoga debe haber concentración, relajación de los músculos que no intervienen en ella, y sobretodo, es necesario respirar bien para oxigenar correctamente el organismo y obtener el máximo beneficio. Precisamente, las ventajas de practicar yoga al costado del mar, al aire libre, están sobretodo relacionadas con el trabajo respiratorio que acompaña posturas corporales, que resulta mucho más efectivo. Además, un entorno abierto y natural, con el reconfortante calor del sol, la visión del cielo azul y el sonido del mar predisponen la mente a un estado de armonía y relajación que, de practicarse al interior, debemos crear. Sí, porque se recomienda practicar el yoga siempre en un lugar bien ventilado, en una superficie no demasiado rígida, y en un ambiente adecuado, que predisponga a una actitud mental positiva. Una cosa que la costa ofrece de forma natural. El ideal es vestirse con ropa cómoda para tener libertad de movimientos, y a poder ser, de algodón o tejidos naturales para facilitar la transpiración. Además, es importante colocarse sobre una toalla e ir bebiendo agua no muy fría. Durante las posturas, eso sí, es necesario concentrarse en la zona que se está estirando y llegar hasta donde se pueda. Al concentrar la mente en esta zona y respirar profundamente, los músculos cederán un poco, e incluso pueden llegar a estirarse más.
Y además
La brisa marina está cargada de iones negativos, que ayudan a oxigenar el organismo, estimulan el metabilismo celular, equilibran los niveles de serotonina ( relacionada con el bienestar),actúan sobre el sistema hormonal y ayudan a reajustar las funciones biológicas alteradas. Además, el aire al costado del mar está saturado de microgotas de agua de mar en suspensión que son auténticos aerosoles que penetran en las vías respiratorias. Por otra parte, aprovechar para caminar descalzos por la arena mejora la circulación sanguínea y el sistema nervioso, fortalenciendo la musculatura de pies y tobillos y realiza un saludable masaje. A las virtudes del aire y la arena, hay que agregar las de un baño de sol que, tomado con moderación, es necesario para el buen estado de los huesos, mejorar la piel, y activar la circulación. Además, la mente y el estado de ánimo también se ven muy favorecidos por sus efectos.