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CUERPO, MENTE Y ESPÍRITU

Son cinco códigos morales. Actitudes de conducta que nos permiten estar en armonía con nosotros mismos y en nuestras interacciones sociales, es decir, en las relaciones que establecemos con los que nos rodean.

Ahimsa. No violencia. Inofensividad.

Ahimsa significa abstenerse de hacer el mal, de provocar dolor a cualquier ser vivo y de no hacer aquello que pueda poner a otro en una situación de sufrimiento.

Por lo tanto, ahimsa va más allá de la no-violencia física. Significa no ser violentos con nuestras acciones ni tampoco con nuestras palabras o nuestros pensamientos. Debe ser una actitud hacia nosotros mismos, evitando comportamientos autodestructivos (comer demasiado o no comer suficiente, trabajar en exceso, no descansar lo necesario, tomar drogas, tener pensamientos negativos sobre uno mismo, de culpabilidad o de inferioridad).

Si somos inofensivos con nosotros mismos seremos capaces de trasladar esta actitud a los demás y evitaremos críticas destructivas, poner condiciones a nuestras relaciones con los demás, manipular a aquellos que tenemos más cerca (familia, amigos, pareja, etc.). Esto nos permitirá tener relaciones sanas e inofensivas.

Para practicar bien ahimsa debemos desarrollar nuestra capacidad de observación. Observar cual es nuestro comportamiento habitual en los diferentes aspectos de nuestra vida y escoger la actitud y la respuesta que queremos tener, optando por ser positivos, constructivos, libres y responsables de nuestros actos, palabras y pensamientos.

Satya. Veracidad.

Significa decir y defender la verdad, pero no utilizarla para herir a otras personas. Como en Ahimsa, Satya empieza por ser sinceros con nosotros mismos y actuar con coherencia. El segundo paso es no engañar y ser honestos con los demás.

Para asegurarnos que decimos la verdad, que no estamos auto engañándonos y que no vamos a herir a los demás es preciso reflexionar previamente antes de hablar. ¿Qué vamos a decir? ¿Cómo? ¿Qué efecto puede tener en la otra persona? ¿Es realmente relevante lo que vamos a decir? ¿O simplemente hablamos por hablar, sin pensar?

La práctica de Satya implica dos consideraciones importantes.En primer lugar, ser consientes de que la mayoría de las veces lo que consideramos como “la verdad” es un producto de nuestras creencias, de la educación que hemos recibido, de nuestros intereses, de lo que los demás dicen o piensan de nosotros y por tanto un producto de nuestra personalidad. Satya en cambio fluye desde el corazón, de la conexión con uno mismo y es una verdad que no genera conflictos.

Por otro lado, Satya está directamente relacionada con Ahimsa, ya que la auténtica verdad es inofensiva. Si la utilizamos para herir a otras personas o vemos que nuestra verdad provoca sufrimiento en los demás, no estamos practicando correctamente este Yama. Se dice que el sabor de la verdad es dulce. La verdad deja una sensación agradable, de paz, tanto en quién la pronuncia como en quién la recibe.

Brahmacharya. Autocontrol.

Brahmacharya se traduce como moderación en todos los aspectos de nuestra vida. Es decir, huir de los excesos para acercarnos más a un estado de equilibrio. Los excesos o las restricciones severas ya sea en la comida, en el trabajo, el descanso, la sexualidad, nos desarmonizan y nos hacen perder el timón de nuestra vida y de nuestra práctica. La moderación en el budismo, se conoce como la “ vía regia”, la vida del medio. Es decir, el camino del equilibrio y la serenidad y por tanto el camino también hacia el estado de yoga.

La dualidad es propia de nosotros, es uno de los principios que rigen el universo y estamos bajo su influencia, pero esta dualidad debe estar equilibrada si queremos progresar en el camino del yoga. Así como el Yin y el Yang forman el Tao, si uno de los dos falta o predomina mucho sobre el otro, el Tao no podrá manifestarse.

Otra traducción de Brahmacharya es celibato. No obstante, la biografía de algunos grandes maestros a lo largo de la historia nos confirma que han formado una familia siendo grandes yoguis. En este sentido, cabria decir que espiritualidad y sexualidad pueden coexistir y no están enfrentadas, siempre que comprendamos el significado que tiene sexualidad desde el punto de vista del yoga.

Así como la espiritualidad, la esencia divina que está dentro de nosotros, la sexualidad puede considerarse la esencia divina en el cuerpo físico. El físico está representado y tiene un significado en el plano espiritual y lo espiritual también tiene una representación en el plano físico (cuerpo). Así, la sexualidad es un medio para expresar y conectar dos aspectos duales, lo masculino y lo femenino. La unión de estos dos puede entenderse no sólo como una unión física, sino también como una unión del cuerpo emocional, energético y como una vía de expresar el amor universal.

Aparigraha. No acumulación

El sentido de Aparigraha es no acumular. La práctica de este Yama nos ayuda a distinguir entre aquello que queremos y aquello que necesitamos, para que podamos ir soltando lastre de aquello que no nos es útil en nuestra vida, ya sean posesiones materiales, pensamientos, emociones o sentimientos.

Anthony de Mello recomendaba ir por la vida “ligeros de equipaje” y este es precisamente el sentido de Aparigraha. Con la práctica de Aparigraha vamos reduciendo las preocupaciones, el estrés y la ansiedad, a la vez que ganamos más tiempo para dedicar a nuestra práctica personal (sadhana). Desde el punto de vista del yoga, debemos entender las cosas materiales que llegan a nuestra vida como regalos de la Divinidad que forman parte de nuestro Karma. Pero el yoga nos enseña a no tener un sentimiento de posesión sobre estas cosas ya que, como nuestra vida en este mundo, son efímeras. Y han llegado a nosotros para que las aprovechemos de forma útil y positiva en nuestra vida y en nuestro proceso de evolución personal.

Asteya. Honestidad

La honestidad nos hace ser dignos de confianza. Apropiarnos de aquello que no nos pertenece, hacer un mal uso de nuestro cargo, de nuestra posición, traicionar la confianza que los demás han puesto en nosotros, desear lo ajeno, nos aleja de la práctica de Asteya.
Asteya está relacionado con Aparigraha, ya que si no deseamos lo ajeno, lo que no nos pertenece (ya sean cosas materiales, ideas) y nos sentimos satisfechos con lo que tenemos, con lo que la vida nos ofrece, no acumularemos más de lo que necesitamos. Estaremos en paz con nosotros mismos y con los demás.

Según el Hatha Yoga Pradipika, texto clásico sobre Hata Yoga, existen otros 5 yamas que son:

MITAHARA – Dieta moderada.
KSHAMA – Paciencia, perdón, tolerancia.
DHRITI – Coraje, valentía.
DAYA – Compasión.
ARJANA – Humildad.